Cuando la hermana Cristina Scuccia, una monja católica de 25 años de Sicilia, subió al escenario de The Voice of Italy con su hábito, nadie esperaba lo que vendría después.
En cuanto comenzó a cantar “No One” de Alicia Keys, el público y los jueces quedaron visiblemente sorprendidos — las mandíbulas cayeron, los ojos se abrieron de par en par y, en cuestión de segundos, las cuatro sillas se giraron.
Uno de los jueces, el rapero italiano J-Ax, estaba tan impresionado que corrió a abrazarla al darse cuenta de que detrás de esa poderosa voz había una monja. Otra coach, Raffaella Carrà, se quedó sin palabras, cubriéndose la boca asombrada.
